Madrid, Spain
April 23, 2009
Source:
Fundación Antama
En
el marco de la decimocuarta edición de Cytalia, las Jornadas
Anuales de Ciencia y Tecnología de los Alimento, Paul Christou,
investigador en mejora genética de la
Universidad de Lérida, defendió
en su ponencia inaugural la naturalidad de los transgénicos
explicando que “la Ingeniería Genética no ha surgido de la nada,
sino que ha seguido la línea evolutiva de los sistemas de
producción. Y es que la humanidad ha modificado los cultivos
desde los comienzos de la agricultura”.
Bajo el título ‘Better health through nutritionally enhanced
transgenic crops’, Christou, uno de los científicos que ha
creado un tipo de semilla de maíz capaz de evitar el contagio
del sida, analizó el origen de la Ingeniería Genética, su
situación actual en el panorama internacional, y las
aplicaciones de esta ciencia para solucionar la pobreza, la
malnutrición, y para garantizar la producción frente al
progresivo crecimiento poblacional.
En su exposición, Christou afirmó que los organismos modificados
genéticamente cuentan con una seguridad extrema nunca vista
desde los comienzos de la agricultura. Los estudios científicos
realizados por la Unión Europea concluyen que “el consumo de
estos productos no tienen riesgo alguno para la salud, por lo
que es ridículo esgrimir argumentos contrarios a lo demostrado
científicamente”.
En esta línea subrayó que el que grupos como Greenpeace
cuestionen la seguridad de éstos es sólo por política ya que no
hay ninguna base científica y su único objetivo es el de hacer
dinero. “La combinación de la ciencia y la política es una mala
combinación con una mala historia. La ciencia es desinteresada y
honesta”, lo contrario a la política, explicó Christou.
Centrándose en el caso europeo, consideró que el análisis de la
Biotecnología desde un punto de vista político “nos está
alejando de la ciencia” y restó importancia a las decisiones
adoptadas por Francia y Alemania con un “¿A quién le importa?”,
siguiendo su argumentación con el progresivo e imparable
crecimiento anual de cultivo de transgénicos en todo el mundo.
Para concluir, Christou pidió que “no nos dejemos influir por
grupos como Greenpeace o por intereses políticos, no hay que
tener en cuenta nada que sea ajeno a la ciencia. Y pese a que a
día de hoy los transgénicos no lleguen a los países pobres
confío en que lo hará en unos años y situaciones como la
malnutrición y la pobreza comiencen a erradicarse”. |
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