Washington, DC
July 16, 2009
Agricultural Research Service, USDA
By Jan
Suszkiw
Kudzu,
"The Vine that Ate the South," could meet its match in a
naturally occurring fungus that
Agricultural Research Service
(ARS) scientists have formulated as a biologically based
herbicide.
By one estimate, kudzu spreads
at the rate of 150,000 acres annually, easily outpacing the use
of herbicide spraying and mowing, as well increasing the costs
of these controls by $6 million annually.
But in Stoneville, Miss., ARS
plant pathologist
Doug Boyette and colleagues are testing a fungus named
Myrothecium verrucaria, which infects kudzu with an
astonishing speed of its own. In fact, the fungus works so
quickly that kudzu plants sprayed with it in the morning start
showing signs of damage by mid-afternoon, according to Boyette,
with the ARS
Southern Weed Science Research Unit in Stoneville.
He first began working with
M. verrucaria in 1998, when a
Louisiana Tech University
scientist furnished him with isolates from diseased sicklepod
specimens. In greenhouse experiments, spray formulations killed
100 percent of kudzu seedlings and 90 to 100 percent of older
plants in outdoor trials. Myrothecium also worked its
anti-kudzu magic under a wide range of conditions, including the
absence of dew.
Additionally, host-range tests
in 2005 showed that Myrothecium caused little or no
injury to many of the woody plants known to occur in
kudzu-infested habitats, including oak, cedar, pine, hickory,
pecan, sassafras and blackberry.
A few companies expressed
interest, but only if the fungus' production of toxins called
trichothecenes could be reduced or stopped. Boyette's group
examined several approaches, settling on a method of growing
Myrothecium in a fermenter on a liquid diet instead of a
solid one. Not only did this stop trichothecene production or
reduce it to acceptable levels, the method also extended the
fungus' shelf life and potency under field conditions.
Besides kudzu, Myrothecium
also showed potential as a pre-emergence bioherbicide,
controlling purslane and spurge in transplanted tomatoes.
Read more about the research in the July 2009 issue of
Agricultural Research magazine.
ARS is the principal intramural
scientific research agency of the
U.S. Department of Agriculture.
El kudzu, el cual es conocido
como "la vid que comió el Sur", podría ser controlado con un
hongo natural que los científicos del
Servicio de Investigación Agrícola (ARS) han formulado como
un herbicida biológico.
Por una estimación, el kudzu se
extiende por aproximadamente 150.000 acres anualmente,
fácilmente sobrepasando la eficacia de aplicaciones de herbicida
y otros intentos de control, y aumenta los costes de control por
6 millones de dólares anualmente.
Pero en Stoneville, Misisipí,
patólogo de plantas
Doug Boyette y sus colegas en ARS están probando un hongo
llamado Myrothecium verrucaria, el cual infecta
rápidamente el kudzu. De hecho, el hongo trabaja tan rápido que
las plantas de kudzu rociadas con el hongo en la mañana
comienzan a mostrar daños por la media tarde, según Boyette,
quien trabaja en la
Unidad Sureña de Investigación de la Ciencia de Malezas
mantenida por el ARS en Stoneville.
Boyette comenzó a trabajar con
M. verrucaria en el año 1998, cuando un científico de la
Universidad Tecnológica de
Luisiana le dio aislamientos de especímenes infectadas de
mamuri (Senna obtusifolia). En experimentos de invernadero,
formulaciones rociados del hongo mató el 100 por ciento de
plántulas de kudzu, y del 90 al 100 por ciento de plantas más
maduras en pruebas al aire libre. Myrothecium también
controló el kudzu bajo una gama amplia de condiciones,
incluyendo la falta de rocío.
Pruebas realizadas en el año
2005 mostraron que Myrothecium causó pocos o ningunos
daños a la mayoría de las plantas leñosas que a menudo crecen en
hábitats infestados con el kudzu, incluyendo el roble, el cedro,
el pino, el nogal, el pacanero, el sasafrás y la zarza.
Algunas compañías expresaron
interés en la utilización del hongo como un herbicida biológico,
pero solamente si había una manera de reducir or parar la
producción de ciertas toxinas, llamadas tricótesenos, por el
hongo. El grupo de Boyette examinó varios métodos, finalmente
escogiendo un método de cultivar Myrothecium en un
fermentador en una dieta líquida en vez de una sólida. Este
método no sólo redujo o paró la producción de los tricótesenos a
niveles aceptables, sino también extendió la vida estante del
hongo y la potencia bajo condiciones de campo.
Además del kudzu,
Myrothecium también mostró potencial como un bioherbicida
preemergente para controlar verdolaga y lechetrezna en los
tomates trasplantados.
Lea más sobre esta investigación en la revista 'Agricultural
Research' de julio del 2009.
ARS es la agencia principal de
investigaciones científicas del
Departamento de Agricultura de EE.UU. |