Madrid, Spain
April 6, 2015
El PRICE (Practical Implementation of Coexistence in Europe) ha elaborado un proyecto de investigación de tres años en el que han estudiado las viabilidad de la aplicación de las estrategias de coexistencia europeas y sus costes, tanto para los agricultores como para los operadores de la cadena de suministro. El informe ha constatado que las estrategias actualmente implementadas en la UE para asegurar la coexistencia de cultivos biotecnológicos y no biotecnológicos son viables en la práctica, tanto a nivel de la explotación agraria como a lo largo de la cadena de suministro de alimentos y piensos. Medidas que pese a suponer un coste adicional éste se reparte en los agentes de la cadena.
Los resultados obtenidos en el proyecto PRICE demuestran la efectividad de diversas medidas técnicas para garantizar, en los diversos sistemas de cultivo de maíz en toda Europa, el cumplimiento del umbral oficial de 0,9% por encima del cual un producto debe ser etiquetado como transgénico. Los investigadores entrevistaron a 1.473 agricultores en Alemania, España, Portugal y el Reino Unido sobre la implementación de las medidas de coexistencia.
También se realizaron ensayos de campo en España, Alemania y República Checa para estudiar el comportamiento de estos cultivos en la naturaleza. El estudio incluyó encuestas a los integrantes de la cadena de suministro de maíz y soja en Alemania, Italia, Portugal y Suiza. Un completo análisis que demostró que no sólo la coexistencia de cultivos es posible sino que es una realidad desde hace años en países como españa.
Los investigadores afirman que “la implementación de medidas más estrictas, como una disminución en el umbral actualmente para el etiquetado obligatorio de los productos biotecnológicos, dificultarían el suministro de materia prima libre de organismos modificados genéticamente”.
COEXISTENCIA DE CULTIVOS EN LA UE
La libertad de elección entre productos biotecnológicos y no biotecnológicos es formalmente un objetivo central de la política agrícola de la Unión Europea. Un objetivo formal ya que en la práctica son los propios políticos los que frenan el avance de la biotecnología agraria y permiten que se prohíba su cultivo sin que existan justificaciones científicas de riesgo para la salud humana, animal o para el medio ambiente.
El principio de coexistencia de la Unión Europea reconocen a los estados miembros el derecho de aplicar una serie de medidas que permitan el cultivo de ambos tipos de productos en una misma zona, así como su transporte y comercialización por separado, preservando cada uno su identidad, de conformidad con las normas de etiquetado y de pureza pertinentes.
España es ejemplo europeo de coexistencia armoniosa de cultivos. Tras más de 15 años de convivencia entre cultivos 0101convencionales, ecológicos y transgénicos en nuestro país no se ha registrado en los tribunales ni un solo caso de denuncia por problemas de coexistencia. Las buenas prácticas de los agricultores permiten realizar una actividad agrícola respetuosa con el vecino en la que el riesgo de polinización cruzada no supone ninguna barrera productiva.
Nota de prensa original del PRICE
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