Madrid, Spain
July 7, 2015
Source: Fundacion Antama
Ayer dio comienzo en Madrid la novena edición del curso ‘Biotecnología Elemental’, un curso destinado a profesores de Educación Secundaria cuyo propósito es el de acercar a los formadores de los futuros universitarios las técnicas y conceptos más elementales de la biotecnología. El curso, que durará hasta el viernes, ofrece clases teórico-prácticas y está organizado por el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa. Como en ediciones anteriores, el programa se abrió abordando las aplicaciones de la biotecnología en la agricultura.
Los encargados de abordar el tema fueron José Antonio López Guerrero, profesor Titular de Microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid, y Soledad de Juan, directora de la Fundación Antama.
En su exposición, Soledad de Juan resaltó el reto al que se enfrenta el mundo a la hora de alimentar a una población creciente. Según los datos, la producción de alimentos tendrá que aumentar un 70% de aquí a 2050 para poder hacer frente a la demanda proyectada. Este reto se enfrenta a la barrera de que a día de hoy sólo hay un 5% de tierra cultivable que no se está destinando para tal efecto, un porcentaje mínimo que aunque se pusiera en activo no lograría ese incremento del 70% productivo.
En esta línea criticó el aislamiento en el que se encuentra la Unión Europea en materia de biotecnología agraria, un retraso que está impidiendo a sus agricultores ser competitivos y usar las herramientas que usan sus competidores. “En la Unión Europea estamos frenando el progreso de la agricultura en base a argumentos ideológicos y no a evidencias científicas”, resaltó.
La Unión Europea cuenta con 47 eventos biotecnológicos aprobados, 45 para importación y sólo dos para cultivo. Son más de 2o los procesos de aprobación para cultivo pendientes (17 de maíz, dos de patata, uno de soja y uno de remolacha azucarera) y 47 para alimentación, procesado, piensos e importación (16 de maíz, 12 de algodón, 12 de soja, 6 de colza, uno de patata y uno de arroz).
Soledad de Juan Resaltó que “en la biotecnología agraria nos encontramos con un problema político e ideológico en el que la presión ecologista está frenando su progreso en base a intereses particulares sin argumentación científica que lo justifique”.