ARS News Service
Agricultural Research Service, USDA
Rosalie Marion Bliss, (301) 504-4318,
rbliss@ars.usda.gov
October 7, 2003
A species of alfalfa called falcata has been found to thrive on
the Northern Plains, where other U.S.-grown varieties fizzle
out. The seeds of the yellow-flowering subspecies of the
Medicago sativa alfalfa originally came from the Siberian
plains.
Scientists in the Agricultural Research Service's Rangeland
Resources Research Unit (RRRU) at Cheyenne, Wyo., had long been
interested in interseeding alfalfa with native species on the
plains. ARS is the U.S. Department of Agriculture's chief
scientific research agency.
Falcata has a fibrous root system that allows it to compete with
neighboring plant species for limited moisture on rangeland.
Other U.S.-grown alfalfas have a long, main root that burrows
deep into soil to draw water. But 80 percent of native grasses
and forbs have shorter root systems that snatch the available
water before it can get down to deeper roots.
ARS soil scientist Gerald Schuman, with the RRRU's High Plains
Grasslands Research Station, and colleagues have been working
with a rancher who owns 1,500 acres of falcata, land that
originally received the seeds nearly 100 years ago. On the land
with falcata, Schuman and colleagues have found a large increase
in forage production--at times nearly double--compared with
rangelands not interseeded with falcata.
Part of the reason for falcata's success is that alfalfa--a
legume--brings with it friendly bacteria, called rhizobia, which
thrive in nodules on the plant's roots. Rhizobia turn
atmospheric nitrogen into a form that plants can use to promote
their own growth. Schuman found that soil where falcata had been
interseeded for at least three years had large increases in
nitrogen.
Also, the team found evidence that falcata could lower levels of
atmospheric carbon dioxide. They saw increases in soil carbon of
more than five tons per acre on some falcata-interseeded
rangeland, when compared with non-interseeded areas.
Alfalfa floreciente provee forraje de alta
proteína en los Llanos Norteños
Servicio Noticiero del Servicio de Investigación Agrícola (ARS
siglas en inglés)
Departamento de Agricultura (USDA siglas en inglés)
Rosalie Marion Bliss, (301) 504-4318,
rbliss@ars.usda.gov
7 de octubre 2003
Una especie de alfalfa llamada 'falcata' medra en los Llanos
Norteños, donde no prosperan otras variedades de alfalfa que
están cultivadas en los Estados Unidos. Las semillas de esta
alfalfa con flores amarillas, una subespecie de la alfalfa
Medicago sativa, vinieron originalmente de los llanos de
Siberia.
Los científicos de la Unidad de Investigación de Recursos de las
Tierras de Pasto (RRRU por sus siglas en inglés), mantenida por
el Servicio de Investigación Agrícola (ARS) en Cheyenne,
Wyoming, por mucho tiempo han tenido un interés en la
intersiembra de alfalfa con especies nativas en los llanos. ARS
es la agencia principal de investigaciones científicas del
Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA por sus siglas en
inglés).
Falcata tiene un sistema de raíces fibrosas que le permite
competir contra otras especies de plantas por la humedad
limitada en las tierras de pasto. Otras alfalfas cultivadas en
los Estados Unidos tienen una raíz principal y larga que se
esconde muy hondo en el suelo para sacar agua. Pero 80 por
ciento de las malezas y los céspedes nativos tienen sistemas de
raíces más cortas que agarran el agua disponible antes de que
llegue a las raíces más hondas.
El científico del suelo Gerald Schuman de RRRU y sus colegas han
estado trabajando con un ranchero que tiene 1.500 acres de
falcata. Esta tierra originalmente recibió las semillas de
falcata hace casi 100 años. En la tierra con falcata, Schuman y
sus colegas han descubierto un aumento grande en producción de
forraje-algunas veces casi doble-comparada con las tierras de
pasto no intersembradas con falcata.
Una parte del éxito de falcata es que alfalfa, una legumbre,
tiene bacterias útiles, llamadas rhizobia, que medran en nódulos
en las raíces de la planta. Los rhizobia convierten nitrógeno
atmosférico a una forma útil para promover el crecimiento de la
planta. Schuman descubrió que el suelo intersembrado con falcata
por lo menos durante tres años tenía aumentos grandes en
nitrógeno.
También, el grupo descubrió evidencia que falcata podría reducir
los niveles de bióxido de carbono atmosférico. Ellos observaron
aumentos en carbono del suelo de más de cinco toneladas por acre
en algunas tierras de pasto intersembradas con falcata,
comparada con las áreas no intersembradas. |