ARS News Service
Agricultural Research Service, USDA
Jim Core, (301) 504-1619,
jcore@ars.usda.gov
July 1, 2005
Packaged, cut-up watermelon is convenient for consumers and
represents a rapidly expanding market. But the fruit can quickly
lose crispness when cut, presenting a challenge to the
"fresh-cut" market that demands a firm, attractive fruit.
One way to meet this challenge is to graft watermelon tops onto
gourd or squash rootstock, according to Benny Bruton, an
Agricultural Research Service (ARS) plant pathologist with the
agency's South Central Agricultural Research Laboratory in Lane,
Okla. Bruton and his colleagues found that grafted watermelons
are resistant to Fusarium wilt, a widespread and costly plant
fungus.
Fruit from certain grafted plants was also at least 25 to 30
percent firmer and was resistant not only to Fusarium, but to
many other soilborne pathogens, according to Bruton and
cooperators Warren Roberts and Wayne Fish. Roberts is a
horticulturalist with Oklahoma State University's Wes Watkins
Agricultural Research and Extension Center in Lane, and Fish is
an ARS biochemist at Lane.
Fusarium fungi live in the soil and attack plants at all stages
of growth. Until now, watermelon growers in the United States
have dealt with Fusarium-infested soil by treating with methyl
bromide to kill the fungus, rotating the fields or growing
partially resistant cultivars.
The U.S. watermelon industry did not embrace grafting previously
because it was considered too expensive. However, the first two
solutions to Fusarium wilt control are becoming less workable as
land becomes less available for field rotation, and agricultural
use of methyl bromide is being discontinued because of its
negative impact on the ozone layer.
A number of watermelon cultivars are available that have varying
resistance to Fusarium, but not to the degree of grafted
watermelon, and not with the added benefit of fruit firmness
that was found with grafting. Because of the improved fruit
quality characteristics of grafted watermelon, they may
eventually be targeted for the "fresh-cut" market.
Read more about the research in the July 2005 issue of
Agricultural Research magazine, available online at:
http://www.ars.usda.gov/is/AR/archive/jul05/fruit0705.htm
ARS is the U.S. Department of Agriculture's chief scientific
research agency.
Injertar la sandía produce una fruta más firme y saludable
Servicio Noticiero
del Servicio de Investigación Agrícola (ARS siglas en inglés)
Departamento de Agricultura (USDA siglas en inglés)
Jim Core, (301) 504-1619,
jcore@ars.usda.gov
1 de julio 2005
La fruta de sandía cortada y envasada es conveniente para los
consumidores y representa un mercado que está creciendo
rápidamente. Pero la fruta puede rápidamente perder su textura
crujiente cuando cortada. Esto es un desafío para el sector de
mercados de verduras recién cortadas, los cuales demandan frutas
firmes y atractivas.
Un método para resolver este desafió es injertar el tope de la
sandía en los patrones calabazas, según Benny Bruton, un
patólogo de plantas del Servicio de Investigación Agrícola
(ARS). Bruton trabaja en el Laboratorio Sur-Central de
Investigación Agrícola mantenido por ARS en Lane, Oklahoma.
Bruton y sus colegas descubrieron que la sandia injertada es
resistente al marchitamiento causado por Fusarium oxysporum, el
cual es un hongo extendido y muy costoso.
La sandía de ciertas plantas injertadas también fue por lo menos
de 25 a 30 por ciento más firme. Fue resistente no sólo a
Fusarium, sino también a otros patógenos del suelo, según Bruton
y sus colaboradores Warren Roberts y Wayne Fish. Roberts es un
horticultor con el Centro Wes Watkins de Extensión e
Investigación Agrícola de la Universidad Estatal de Oklahoma, y
Fish es un bioquímico del ARS en Lane.
El hongo Fusarium vive en el suelo y ataca las plantas en todas
etapas de crecimiento. Hasta ahora, los cultivadores de la
sandía en EE.UU. han controlado el suelo infestado con Fusarium
tratándolo con bromuro de metilo para matar el hongo, alternando
los campos o cultivando variedades parcialmente resistentes.
El sector estadounidense de la sandía anteriormente no adoptó el
método de injertar porque fue considerado demasiado costoso. Sin
embargo, las dos primeras soluciones al control del
marchitamiento son ahora menos viables. Esto es porque hay menos
terreno disponible para las rotaciones de campo, y el uso
agrícola del bromuro de metilo se está discontinuando por su
impacto negativo a la capa de ozono.
Unos cuantos cultivares de sandía están disponibles que tienen
niveles diversos de resistencia al Fusarium, pero no al nivel de
una sandía injertada, y no con el beneficio adicional de firmeza
que se encontró con la fruta injertada. A causa de las
características de la calidad mejorada de la fruta de sandía
injertada, eventualmente la sandía injertada podría ser
producida específicamente para el mercado de fruta recién
cortada.
Lea más sobre la investigación en la revista 'Agricultural
Research' de julio 2005:
http://www.ars.usda.gov/is/espanol/AR/archive/jul05/fruit0705.es.htm
ARS es la agencia principal de investigaciones científicas
del Departamento de Agricultura de EE.UU. |