Buenos Aires, Argentina
March 2, 2006
El 1 de febrero, la
SAGPyA efectivizó su presentación ante los tribunales
nacionales de Holanda, en el juicio que iniciara la empresa
Monsanto contra los importadores europeos de harina de soja
argentina. El juez interviniente aceptó ese día, desde el
punto de vista procedimental, la presentación de la SAGPyA
en el caso.
Como es de público conocimiento, la empresa Monsanto accionó
judicialmente en Holanda y Dinamarca, con la intención de
que los jueces europeos declaren la existencia de una
“infracción de patentes” por la importación en territorio
europeo de productos derivados de la soja RR proveniente de
Argentina. Estas acciones judiciales fueron iniciadas por la
empresa como forma de presión, por sus infructuosos intentos
de recibir una compensación económica –regalía- de los
productores argentinos derivados de soja que utilizan el gen
RR, el cual no fue patentado en Argentina por razones
imputables a la empresa.
En territorio holandés, la empresa Monsanto, el 16 de junio
de 2005 solicitó la toma de muestras en el puerto de
Rótterdam, y el 14 de julio de 2005 inició la demanda frente
a los Tribunales Nacionales de Países Bajos contra el
importador europeo Cefetra, por la importación de harina de
soja argentina.
La SAGPyA se ha presentado, el 1ro de febrero, en los
tribunales holandeses, acompañando la contestación de la
demanda de importador europeo, bajo la figura legal de
“Jointer of Parties”, una suerte de “amicus curiae” que
solicita al Juez interviniente lo considere tercero
interesado, afectado por el litigio en curso.
Efectivamente, el estado Argentino como tal, se ve
directamente afectado por el accionar de la empresa
Monsanto, quien toma medidas coactivas y ejerce de manera
abusiva sus derechos de propiedad intelectual en contra de
la Argentina, creando incertidumbre y daño al Estado, que se
traduce en una disminución de las ventas de productos
agroindustriales derivados de la soja RR y que causan una
disminución en los ingresos fiscales por recaudación de
tributos.
En los próximos días, la SAGPyA se presentará en el litigio
iniciado por Monsanto el 30 de septiembre de 2005 frente a
los Tribunales Nacionales de Dinamarca contra los
importadores Cargill y DLA por la importación de harina de
soja, y sin duda lo hará en caso que la empresa inicie
acciones en los Tribunales Nacionales de España, donde ya
tomó muestras en los puertos de Santander y Bilbao.
Por su parte, el Gobierno Nacional ha creado un Grupo de
Trabajo integrado por la Procuración General del Tesoro, la
Consejería Legal de la Cancillería, la Dirección General de
Asuntos Jurídicos del Ministerio de Economía y Producción, y
coordinado por la SAGPyA, para analizar otras posibles
acciones, ya no defensivas, sino también ofensivas.
En este sentido, y en la defensa de las exportaciones
argentinas, se está analizando la viabilidad legal de
iniciar acciones contra las prácticas monopólicas y abusivas
del derecho de patentes de la empresa Monsanto, que vulneran
el derecho de la Competencia europeo, y también la Ley de
Defensa de la Competencia de Argentina.
La Argentina
rechaza las prácticas abusivas de Monsanto
La Secretaría de
Agricultura de la Nación manifiesta su profundo rechazo
ante la acción de Monsanto que exigió a la Justicia de
España que incaute dos cargamentos con harina de soja
provenientes de nuestro país y que se encontraban en los
puertos españoles de Santander y Bilbao. La SAGPyA no va a
permitir que ninguna empresa actúe con métodos coactivos que
afecten los intereses de la Nación.
Con la firme convicción de que las regalías, como toda
innovación tecnológica, debe ser pagada y fomentada, la
SAGPyA sostiene que dicho pago debe efectuarse en la compra
de la semilla, y no sobre sus derivados (granos o harina de
soja). La firma estadounidense está haciendo un uso abusivo
de la patente al pretender cobrar regalías sobre la harina
de soja cuando la protección otorgada por la patente en
territorio europeo, está circunscripta a la función de
siembra y propagación. Esta posición se sustenta además en
la normativa comunitaria vigente por lo tanto, las acciones
de Monsanto no tienen sustento legal ni técnico.
En efecto, en virtud de la Directiva Europea sobre
Biotecnología 98/44/CE, Artículo 9, la protección, conferida
por una patente alcanza “a toda materia a la que se
incorpore el producto y en la que se contenga y ejerza su
función la información genética”. Por lo tanto, para que el
gen RR se exprese y ejerza su función genética debe
utilizarse la semilla con fines de siembra y propagación. Es
durante ese proceso cuando el gen ejerce su función de
resistencia la glifosato.
Así la función de la información genética no se expresa en
los productos derivados de la soja que se exportan a Europa.
Por lo tanto, la harina de soja así como cualquier otro
derivado de la cadena oleaginosa, no están alcanzados por
los derechos de protección de las patentes de Monsanto en
los respectivos países europeos donde la empresa ha iniciado
acciones por “infracción” de dichas patentes contra los
importadores de la UE.
Agrava la situación el hecho de que la acción de Monsanto
constituye una práctica abusiva dada por su posición
dominante en el mercado, que podría ser perfectamente
pasible de una investigación antimonopólica en el territorio
de la Unión Europea, según consideró la Comisaria Fisher
Boël en la reunión mantenida con el secretario Miguel Campos
en Bruselas, en los primeros días de octubre de 2005.
El intento de coacción de la empresa genera incertidumbre
sobre la Argentina como proveedor confiable de alimentos,
atenta contra la competitividad del sector oleaginoso
argentino en el mercado mundial y además, afecta la
recaudación fiscal, el desarrollo productivo y social del
país.
La posición argentina al respecto cuenta con la adhesión de
los actores involucrados en el mercado de soja, tal como lo
refleja el acuerdo firmado el 14 de diciembre de 2004 con
las entidades representantes del sector agropecuario de
nuestro país. En el mismo sentido los importadores y
exportadores europeos brindaron su apoyo a la posición
argentina en las distintas reuniones mantenidas con el
Secretario Campos, a principios de octubre de 2005, durante
su viaje a la Unión Europea.
Cabe recordar que cuando Monsanto introdujo el gen al
mercado no lo patentó sino que licenció su innovación
tecnológica, para comercializarla con las semilleros del
mercado, por lo cuales cobró el correspondiente beneficio.
Hasta el momento, esta Secretaría ha liberado al medio
agropecuario; desde la aprobación de la soja RR; 9 eventos
transgénicos más, y se han hecho más de 180 variedades sin
ningún tipo de inconvenientes. Se continuará trabajando en
ésta línea porque la biotecnología es una de las
herramientas con mayor proyección en el futuro.
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